Claro que llega el viernes y se vuelcan en el torrente sanguíneo todas esas energías, y planes hechos durante la semana, planes que no podías realizar entonces por los vaivenes de la urbe de asfalto, pero que dijimos: El fin de semana lo hago.

Es una mescolanza de Coca Cola, Vodka (o tequila, e incluso cerveza si lo deseas), azúcar, chocolate, vino, tranquilidad, excitación, b:oost (o redbull), y dos gotas de locura directamente por intravenosa, elevado a la 3a potencia, algo así me sabe el viernes.

Qué rayos!, que os hace falta veros me han dicho unos amigos, ya tienen plan, esperan que les confirme, por otro lado el G3 espera que nos reunamos, son de esos amigos con los que puedes hablar de negocios, industrias, situaciones internacionales, cultura, política, libros interesantes y además de ello burlarnos de las más sencillas simplezas, reír como borrachos ante cualquier pie de burla de prácticamente anyone, además mi equipo de proyecto quiere desestrasarse, así que un trago en algún baresillo temprano e incluso un café (hasta donde hemos llegado) servirá para liberar tensión, además tenía ganas de llevar a mi novia al cine (para ver a Angelina Jolie en Se Busca, aunque mi novia no lo sospeche de entrada), o quizás a cenar a algún lugar diferente.

Llegué a casa con todos esos planes en mente, a eso de las 5 de la tarde, he hablado con mi novia para encontrar que realmente no se encuentra al 100% bien de salud, por lo tanto no creí prudente pedirle que saliéramos, por supuesto también he cancelado planes tanto con mi equipo de proyecto como con el G3 y mis amigos de NI, claro que primero está la salud de mi novia y me he quedado a apapacharle... todo lo demás se desvaneció en menos de 5 minutos y tres mensajes de texto.

Despues la dejé en su casa para que descansara tranquila esta noche, y entonces camino solo por el pavimento mojado con una leve brizna de una frescura deliciosa; A pesar de ello, no me siento mal, después de todo, creo que descansar sobre mi cama viendo hacia el techo y recorriendo alguna historia que mi imaginación me cuente esta vez, era lo que realmente quería.

Ahhh, qué placentera es la tranquilidad y el silencio, el diálogo con uno mismo, recorrer aquellos laberintos de mi mente hacia nuevos escenarios y personajes, a veces es incluso es para mi más cansado andar por mi propia mente que por la ciudad de México, pero eso si, mucho más interesante y cosmopolita.