Otro de los grandes acontecimientos acaecidos en el inicio de este siglo y que han marcado no solo a la nación más poderosa del mundo en esta época, sino al planeta entero, fueron los atentados terroristas sobre la ciudad de New York el 11 de septiembre del 2001.

Este jueves pasado conmemoramos a 7 años de este terrible accidente la memoria de las 2300 víctimas, y por supuesto también las victimas colaterales (bomberos, policías y soldados) a lo largo de los años siguientes.

Es una gran lección para todos nosotros, me atrevo a decir que desde que empezó este siglo debemos estar más atentos y prevenidos para sucesos que cimbrarán las bases económicas, sociales y de gobierno de todas las naciones del mundo.

¿Existe alguien en este planeta que pueda estar seguro en algún lado? Realmente no, pero esto no debe abatirnos, tan solo debe ser una llamada preventiva que nos insta a prepararnos como jóvenes en todos los ámbitos, para hacer frente como ciudadanos de una nación y de la humanidad, respetando toda ley y teniendo fe, aun cuando lo que suceda pueda dejarnos un sabor a rencor y venganza que tarde en ceder.