Este martes de nuevo tuvimos una reunión, el clásico Burguer King se ha convertido en poco tiempo en nuestro nuevo centro de operaciones los martes en la noche (patético, lo sé, pero lo que importa es la calidad de la conversación, independientemente de donde se dé esta, además las hamburguesas son muy buenas, a parte nos queda cerca).

De camino ya me había mencionado Don Conty que tenía algo que contar y que sería - según el - impactante, que nos dejaría boquiabiertos, sin aliento casi, sin qué decir.

Obviamente de entrada no le creímos, yo en lo particular pensé que saldría con algo que a final de cuentas tendría poco de impactante, pero quizás si que sería interesante.

Su ánimo desde entonces parecía poco alterado, es decir, bromeábamos como siempre, o al menos yo, no noté en ningún momento que su noticia tuviera algo de grave o trascendente.

Sin embargo una vez que las hamburguesas habían desaparecido de nuestras mesas, la seriedad de un instante bastó para que lo soltara de golpe: Por un pequeño descuido le faltaría una materia por cursar y por lo tanto no podría graduarse este semestre.

Debo confesar que si que nos dejo boquiabiertos, por un instante tratando de procesar en nuestros cerebros llenos de coca cola fría, si era una broma (como habitualmente hubiera sido) o era algo serio, pero mientras pasaban los instantes, el ambiente se torno rígido, la cosa iba en serio.

No sabíamos qué decirle, se sentía en el ambiente un No puede ser, que nos tornó callados, pero rompió el hielo con una de sus clásicas bromas, y en pocos segundos volvimos a las carcajadas, de esas que ejercitan los abdominales, incluso creo que bajamos las calorías de la hamburguesa de tanta risa. Y resulta que a pesar de la situación Conty seguía conservando el sentido del humor.

Pocas veces me ha pasado que lo que le sucede a un amigo realmente me provoque solidaridad, pero esta vez, en serio que me sentí como si estuviera en sus zapatos, en cierta forma eso indica que el G3 es de países industrializados y no emergentes.